Por Gerardo Gómez Muñoz
No es que uno sea pesimista inveterado, por el contrario, la férrea convicción de que la política -digan lo que digan de ella “los aristarcos”-, es la garantía de la búsqueda del bien común en la sociedad. Y uno se entusiasma como el que más cuando el intendente opositor Guillermo Montenegro se reúne con aquellos a los que acaba de vencer y lleve a algunos cargos a dirigentes de otros partidos. Que analizan lo que hay que hacer y se juntan en el esfuerzo para la ciudad y los vecinos.
Otro cantar es cuando vienen funcionarios provinciales y nacionales y se juntan con los locales para visitar y horrorizarse por el estado de instalaciones escolares, industriales, sanitarias, sociales, etc. Allí mismo surgen profundos compromisos verbales y mediáticos más discretas maldiciones para Arroyo, su parentela y su caterva que llevaron a ese estado de desquicio a la ciudad.
El siguiente capitulo se puede iniciar con un virulento exordio sobre el “el dolce far niente” de los que vencieron en el 27 que estuvieron siempre a lado del triunfo en ciernes y no formaban equipos, centros de estudios y cuadros de la inminente dotación oficial para enfrentar determinadas y políticas y ejercer precisos cargos.
Acá, ya asumidos ambos: Fernanda Raverta y Augusto Costa, de Desarrollo Comunitario y de Producción, respectivamente y de varios etcétera, anduvieron visitando el Parque Industrial, luego el Consorcio Portuario “para interiorizarse de la industria y de la pesca”… Después de dos meses van interiorizarse y en el colmo, la pesca todavía está regida por el macrismo, es decir aún no saben con quién ni con qué política. Eso sí, directamente maquillaje por aquí por si un leve rubor marca una delicada “vergüencita” a quien aprovechó el viaje para traer dos cargos morrocotudos. Después del vamos a juntarnos analizar los temas de la pesca y “los cargotes”, ya pasaron 10 días que se suman a los largos años de aniquilamiento de la industria insignia de Mar del Plata.
Otra pelea marplatense
Sin archivo a mano y uno al fin y al cabo, no es tan veterano y no puede remontarse más allá de José María Contte, Angel Roig, Elio Aprile y Gustavo Pulti y sus respectivos sueños de la avenida de circunvalación para agilizar el tránsito de la ciudad, para unir más directamente y con más seguridad sus barrios y, fundamentalmente, para el desplazamiento de los camiones de cargas comerciales.
Otra entidad que ya lleva varias décadas de actuación en la ciudad nucleando a centros empresariales y comerciales -Cameco- también, en estos días ha sumado su voz en reclamos de aspiraciones largamente solicitadas para facilitar el embarque y traslado de mercaderías tal los casos de la circunvalación y de la restauración de la vía ferroviaria hasta el puerto para contar de nuevo con la histórica salida por el mar de mercaderías, vía que abarata cualquier otra modalidad: el secretario y el subsecretario de la Producción de Mar del Plata, Fernando Muro y Gustavo Serebrinsky, respectivamente, entusiasmados con la idea, a fuerza de marplatenses nativos se comprometieron a avalar la petición ante el intendente Montenegro.
La Cámara Textil, bastión en otros tiempos de la industria del ramo en el mercado interno y externo, es otro de los ejemplo de la industria marplatense que recorrió. Luego vinieron los tiempos que se sabe, pero el auge de renacimiento que parece renacer alienta entusiasmo. Así fue que en estos días Juan Pablo Maisonave, actual presidente de la Cámara y heredero de un apellido señero en el rubro, salió a reclamar que los apoyos que se insinúan y comienzan en el mercado interno se extiendan al exterior donde las posibilidades por estar a la altura de los mejores cuenta con chances de recuperarse.
Presupuesto ¿con guerra?
En la provincia, el gobernador entró al Senado, creyendo que estaba en la tribuna y así le fue…, además le dio aire. Hasta el mendocino Cornejo blandió la espada de plástico de su presidencia de la UCR para tirar planazos a los cuatro costados y terminar con una enfática declaración de principios radicales enmohecidos. Sin darle mucha bola, los senadores bonaerenses mandaron los negociadores y con la gente de la gobernación fueron amainando, no sin antes sembrar de clarinetes y otros instrumentos que transformaron en víctimas a muchos terratenientes “condenados” a pagar siete lucas de impuestos y a Kicillof a ver su presupuesto talado en 10 mil millones de pesos, es decir que los municipios recibirán muy rebajados aportes. Todo tiene remedio. Ahora Alberto Fernández ya está negociando “el gran recorte gran” al gobierno porteño. Y como Rodríguez Larreta tiene objetivos a futuro cercano…, va a negociar.
Todo para encarar sin mucho ánimo de creérmela muy a pie juntillas la amenaza de Virginia Sívori acerca de la firmeza del Frente de Todos en su posición de rechazar el aumento de las tasas municipales del 49,5 por ciento.
¡Cuántas decenas de veces Montenegro ya declaró que apoyará, como lo decía en la Ley Impositiva a Kicillof en todo le que necesite para gobernar!.
Además es un tipo que le agrada la amistad, y por eso nadie se inmutó cuando lo vio en estos días en una mesa a Bonifatti y Luis Barrionuevo y no era en la Plaza del Agua sino en la zona de Varese, por ahí…
Montenegro con calma
El intendente se juega a dos puntas con el presupuesto, primero pidiendo todo lo que necesita para cubrir las obligaciones para con la gente, el personal y el mantenimiento y las reparaciones. Obras necesarias y caras del aporte provincial, se tratan, se respetan y hay confianza mutua con Axel. Y por las dudas anduvo en estos días por acá el segundo de Larreta y hablando de apoyos mutuos y cooperaciones en la interna, los más centrados murmuran que Mauricio si se salva de algunos juicios dolorosos va a caminar escorado…, un sanguinario dijo en el café: “…o en la silla de ruedas de Marchetti” y empezó el concurso de chascarrillos…, “¿y te imaginás con la cara de hombre feliz y triunfador de Pichetto al lado?”.
Pero el Guille o el Gordo, toman en serio el tema. Saben que el presupuesto es un instrumento central del gobierno y ni lo elabora y no están ni Arroyo ni Mourelle.
También el presupuesto se elaboró pensando que Mar del Plata necesita recursos que están relacionados a la inflación para que esto no se transforme en un polvorín. Otra cosa que le demandó trabajo a su equipo componer todo lo que Arroyo dejó desmantelado. Cualquier economista puede dar fe de los números.